Dr. Mariano Víctor
Piñeyro.
(Nota para el programa
radial “La Boca Ya tiene Dientes” FM 89.3 Mhz. Lunes de 20 a 21hs.)
Si bien nuestra Historia comienza en 1516 y el 9 de julio de
ese año, se declaró oficialmente la independencia de las Provincias Unidas del
Río de la Plata, casi la mitad de lo que hoy es Argentina.
La lucha por la Soberanía Nacional tomaría muchas batallas.
Pero solo una, intrépida y audaz. Marcaria un hito en nuestra Historia. En un
lugar inhóspito de 15 metros y un ancho de aproximadamente 800.
Batalla compleja que duraría un día entero. Una Batalla
Olvidada junto a sus Héroes. Si bien, fue un 20 de noviembre, este 2012 tendra
importancia el 26 de noviembre. Mpstrando cual OLVIDADA ESTA. Se luchaba por ríos
navegables, resultando en realidad en la definición histórica de nuestra Soberanía
Nacional.
Obligado era un paraje
situado sobre la margen derecha del río Paraná, que allí baja en dirección NO a
SE para desviar luego de N a S y nuevamente de O a E, de allí lo de “vuelta”.
Tomó el nombre de su propietario, don Antonio Obligado, andaluz que lo había adquirido
a su vez al canónigo Andújar en 1785. El recodo del río, la “vuelta”, tiene una
profundidad de 15 metros y un ancho de
aproximadamente 800.
Las fuerzas patriotas
disponían sólo de cuatro baterías: dos recuperadas de Martín García y las otras
de San Nicolás, anticuadas y necesitadas de reparación por estar desfogonadas o
carentes de algunas piezas. La orilla izquierda, en la provincia de Entre Ríos,
era pantanosa e inutilizable para la defensa, por lo que las cuatro baterías se
instalaron sobre la barranca derecha: la Manuelita, sobre el ángulo de la costa
al mando del teniente coronel de
artillería Juan Bautista Thorne, con 7 cureñas de mar, empotradas en troncos de
tala, de calibre de 10 y de 8 pulgadas. La segunda batería, la General
Mansilla, al mando del teniente de artillería Felipe Palacios, ubicada en forma
rasante sobre la barranca, en un declive del terreno, servida por 3 piezas, 2
de 12 y una de 8. La General Brown, del teniente de Marina Eduardo Brown, hijo
del almirante, con 5 piezas: una de 24, 2 de 18, una de 16 y una de 12.
Y la
última batería, la Restaurador Rosas, al mando de Alvaro Alzogaray, ayudante
mayor de Marina, armada con 6 cañones, 2 de 24 pulgadas y 4 de 16, ubicada en
el tope de la barranca. En la parte baja, casi al nivel del agua, se había
comenzado a construir otras tres baterías, pero no hubo tiempo para
terminarlas.
Frente a la batería
rasante que llevaba su nombre, para dificultar el paso de los invasores, en un
alarde de ingenio, Mansilla atravesó el curso del Paraná con tres gruesas
cadenas de hierro afirmadas sobre 24 barcazas desmanteladas, en cuyo remate
sobre la orilla entrerriana se posicionó el bergantín Republicano, de madera,
armado con 6 cañones de escaso calibre, al mando del capitán Craig y con una
tripulación de 2 oficiales, 9 suboficiales, 21 artilleros y 13 marineros.
La fuerza invasora
estaba formada por el buque insignia inglés Gorgon, de 1.200 toneladas, a
vapor, al mando del comandante en jefe, capitán Hotham; el Firebrand, también a
vapor, comandado por el capitán Hope; la corbeta Comus, del capitán Inglefield;
los bergantines Philomel, del capitán Sullivan; Dolphin, con el capitán Leving,
y Fanny, del capitán Key. Esta flota británica portaba en total 50 cañones,
casi el doble de los argentinos y mucho más potentes, mejor puntería y largo
alcance.
El 17 de noviembre la
poderosa flota europea se acerca a donde la esperan los enardecidos defensores
de la patria invadida. El 18 es día de reconocimientos y tanteos. El 19 amanece
con neblina y sin viento, lo que inmoviliza a los invasores ya que algunos de
sus barcos eran a vela. Pero el 20 se presenta favorable para su acción y los
aliados avanzan con la St. Martin al frente, una ofensa que enfurece aún más a
los argentinos.
Las bajas patriotas
estuvieron de acuerdo al heroísmo con que se enfrentó a un adversario con mucha
mayor capacidad de fuego: 250 muertos y 400 heridos, un total de 650 bajas, la
tercera parte de los 2.160 combatientes que tomaron parte del combate.
Los 21 cañones de las
baterías (sólo se salvaron los 9 de los cuerpos móviles) cayeron en poder del enemigo,
que inutilizó o echó al agua a la mayoría, salvo diez de bronce que llevó a
Europa para exhibirlos en sus museos e instituciones militares. Los lanchones
que sostenían la cadena fueron incendiados.
Las pérdidas europeas
fueron: franceses, 18 muertos y 70 heridos; ingleses, 10 muertos y 25 heridos.
En cuanto a las pérdidas materiales, los más dañados fueron el St.Martín, que
recibió mas de 100 disparos; el Fulton, cerca de 70; el Dolphin y el Pandour
sufrieron ambos la destrucción de su velamen y el segundo la pérdida de sus dos
anclas. El capitán del Dolphin anotó que “a las 5 de la tarde se recibió la
señal para tripular botes armados y reunidos, pero ningún bote tripulado salió
del costado del Dolphin por la sencilla razón de que todos nuestros botes
estaban atravesados por las balas y se hundían”.
Es el día de la
soberanía nacional. Fue instaurado en 1974 mediante la ley 20.770, si bien
recién en 2010 fue hecho feriado mediante el decreto Decreto 1584/2010.
El Día de la Soberanía
conmemora la Batalla de la Vuelta de Obligado, librado el 20 de noviembre de
1845. ¿Qué tiene que ver ese combate con la soberanía nacional? Veamos un poco
su historia.
El combate se inició
al amanecer del 20 de noviembre aguas abajo, cuando algunos lanchones fueron
atacados por la flota anglofrancesa. La batalla duró casi todo el día. La
superioridad tecnológica y numérica de los europeos prevaleció, pero sufrieron
averías en casi todos sus buques principales, por lo que no pudieron avanzar
mucho.
Si bien los europeos
lograron la victoria, fue una victoria pírrica ya que no pudieron lograr lo que
querían, la libre navegación de los ríos. Incluso lograron que todas las
naciones de la región, incluso los más acérrimos enemigos de Rosas, se volcasen
momentáneamente a favor de la causa anti europea. Por lo que terminó siendo una
victoria diplomática de la Confederación Argentina.
Si bien no se obligó a
los invasores a aceptar la soberanía de la Confederación sobre los ríos
mediante la fuerza militar, sí se lo hizo por la resistencia del gobierno
argentino a rendir su soberanía territorial. Mediante el Tratado Arana-Southern
en 1847, finalmente los británicos retiraron su flota y reconocieron la
soberanía de la Confederación. Francia lo hizo un año más tarde en el Tratado
Arana-Lepredour.
Nunca se debe dejar de luchar por la Soberanía. Ella nos da
un Territorio, cobija y alimenta a una Poblacion. Y esta ultima crea un
Gobierno y normas de control. Obteniendo un Estado Nacional con Soberania
propia. Pero compleja y olvidada en nuestras mentes. Al no tener presente tan
importante Batalla.
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